La osteoporosis es una enfermedad degenerativa que consiste en la disminución de la densidad ósea, lo que conlleva un aumento de la fragilidad de los huesos. Aunque también afecta a los hombres, la mayor prevalencia de esta enfermedad se da en las mujeres, especialmente a partir de la menopausia debido al descenso de los niveles de estrógenos.
Durante la etapa de crecimiento, especialmente en la adolescencia, se da un rápido desarrollo de la densidad mineral ósea, aspecto muy importante ya que el desarrollo de tanta masa ósea como sea posible durante esta etapa reduce las probabilidades de pérdidas excesivas de ésta en siguientes etapas vitales que pueden acabar derivando en osteoporosis. El “pico de masa ósea” se produce en torno a los 25-35 años y, a partir de esa etapa, la población sana pierde entre 0,5-1% de masa ósea al año que, en mujeres después de la menopausia, puede aumentar hasta un 3-5% al año.
Se ha demostrado que las actividades físicas, especialmente las actividades específicas de fuerza muscular, pueden servir para lograr una mayor masa ósea que constituya una protección frente a la osteoporosis en la tercera edad, por lo que integrar este tipo de entrenamiento en las actividades físico-deportivas habituales debería ser imprescindible.
A la hora de desarrollar el entrenamiento de fuerza enfocado a la prevención o tratamiento de la osteoporosis debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Trabajar los grandes grupos musculares que estén enfocados a la mejora de la funcionalidad y la movilidad del cuerpo.
- Utilizar pesos que provoquen una contracción intensa del músculo para generar tensión mecánica suficiente para el aumento del impacto osteo-articular de los músculos (calcificación).
- Priorizar ejercicios de cadera y columna ya que son las estructuras que se suelen ver más afectadas.
- Trabajar musculaturas grandes y pequeñas de la espalda de cara a prevenir alteraciones posturales como la lordosis o la cifosis.
- Controlar los rangos de movimiento durante el ejercicio, evitando forzar las articulaciones, así como el uso de cargas de manera que puedan comprometer la compresión de la columna.