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El cuerpo es nuestra herramienta, cuidémoslo

10 Mar 2020 | Salud

Borja Adrián García

El siglo XXI es sin duda un período de constantes avances, investigaciones y progresos en muchos ámbitos. Se caracteriza, entre otros muchos factores, por la internacionalización de la comunicación y gestión de lo digital a nivel global. Tanto es así que podemos hablar, según los expertos, de la “era de la información”. Somos, desde pequeños, la población más estimulada de la historia de la humanidad, informada hasta la fecha, seguimos cometiendo errores que no se deberían tolerar.
Uno de ellos, y quizás de los más importantes puesto que supone un asunto de salud pública, es el hecho de que la población es cada vez más sedentaria, lo que favorece unos alarmantes datos de obesidad a nivel mundial, pudiendo incluso hablar de una epidemia global. Según los resultados de la Encuesta de Hábitos deportivos ofrecidos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 2015, los motivos principales por los que la población española no practica deporte son la falta de tiempo y la falta de interés. La tendencia de la curva de obesidad en el mundo se remonta a las primeras tomas de datos en 1980, cuando tan solo 1 de cada 10 personas se podía considerar como obesa. En un margen de 5 décadas se han duplicado o incluso triplicado esas cifras según el país.
La obesidad, entendida como la patología por la cual un paciente tiene demasiada grasa corporal acumulada, tiene unas graves consecuencias para nuestra salud:

  • Reducción de la esperanza de vida de 8 a 10 años (cada 15 kg de exceso posibilitan en un 30% la muerte prematura).
  • Enfermedades cardiovasculares e hipertensión o diabetes tipo II.
  • Aparición de algunos tipos de cáncer (por una mala alimentación).
  • Apnea del sueño.
  • Problemas psicológicos.
  • Osteoartritis (inflamación de las articulaciones o lesiones óseas).
¿Cómo podemos prevenirla y combatirla con la actividad física?

Sin duda la mejor manera de prevenir la obesidad, además de cambiando los hábitos nutricionales, es mediante el movimiento. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), en 2010 se establecieron unos mínimos recomendados para la práctica de actividad física para la salud:

  • De los 5 a los 17 años: Deben acumular unos 60 minutos de actividad física moderada o intensa DIARIA. A partir de los 60 minutos se producirá un aumento en la salud. La mayoría de la actividad debería ser aeróbica. No obstante, sería recomendable trabajar el fortalecimiento muscular y óseo en torno a 3 sesiones por semana.
  • De los 18 a los 64 años: Deben acumular un mínimo de 150 minutos a la semana de actividad física moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica intensa cada semana, o sus equivalentes. La actividad física aeróbica se practicará en, al menos, sesiones de 10 minutos de duración. Dos veces por semana, se recomienda realizar actividades de fortalecimiento óseo y muscular. Con la intención de mejorar la salud del individuo se recomienda aumentar hasta duplicar los tiempos de actividad física moderada e intensa recomendados por semana. Estas recomendaciones son aplicables a toda la población, con el añadido de la necesidad de trabajar el equilibrio en las personas mayores de 65 años, para así evitar caídas, y sus lesiones correspondientes.

Para sumar minutos de actividad sin darnos cuenta podemos ayudarnos del NEAT (non-exercise activity thermogenesis), según su significado en inglés podríamos traducirlo por “gasto energético que no proviene directamente del ejercicio”. Algunos trucos para aumentar nuestro NEAT son:

  • Utilizar las escaleras tradicionales en lugar del ascensor o las escaleras mecánicas
  • Levantarse del asiento y caminar unos minutos cuando llevemos mucho tiempo sentados
  • Bajar una parada antes del transporte público y continuar a pie hasta nuestro destino
  • Realizar nuestros recados por nosotros mismos en lugar de pedir envíos a domicilio
  • Hacer al menos una tarea del hogar cada día
    – Aprovechar el tiempo libre con mascotas o familiares para dar un paseo
  • Utilizar la bicicleta…

Una gran aliada en estas actividades, y que nos ayuda a contabilizar el número de calorías gastadas al final del día son las pulseras de actividad, las cuales. Además, nos miden el número de pasos que damos a lo largo del día, y nos echan una mano a la hora de cumplir los 10.000 pasos diarios que la OMS recomienda.

A la actividad física regular se le debe sumar una correcta alimentación (dieta variada y equilibrada), y un tiempo de descanso adecuado (7-9 horas de sueño). Ante cualquier duda, siempre es interesante consultar a un especialista en el ámbito (médico de cabecera, nutricionista o profesional de la Actividad Física y el Deporte, en función del ámbito afectado.

Analizados todos estos aspectos, concluiremos con que la única forma de combatir la falta de movimiento es con el movimiento en sí mismo y, para terminar, me gustaría cerrar el artículo con la siguiente frase:

No dejamos de movernos porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de movernos.

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